El término branding se utiliza sobre todo en el ámbito comercial. Sin embargo, no son muchos los que saben que este término tiene al menos un siglo de antigüedad. El término branding se utilizaba hace 100 años cuando los alemanes marcaban a su ganado a través de hierros ardientes para dejar claro quién era el dueño del ganado, práctica conocida en todo el mundo. Eso ya era branding.
La importancia del branding en las empresas
Actualmente, el branding busca que las marcas dejen una huella imborrable en la mente y en los corazones de los consumidores. Una buena definición de branding sería: "disciplina que se encarga del proceso de hacer y construir una marca a través de estrategias vinculadas al nombre, símbolo que la identifican, influyendo en su valor: tanto para los clientes como para la empresa”.
En un mercado de alta competencia, donde el consumidor cuenta con un amplio abanico de posibilidades de información y elección, y los productos tienden a ser percibidos como comodidades, se hace indispensable para las empresas generar un valor diferencial que se traducirá en marcas relevantes para sus sectores. En un sector saturado de productos similares, el branding establece la verdadera diferencia.
Cómo deja huella el branding
El objetivo prioritario del branding es generar relaciones y vínculos emocionales a largo plazo con los consumidores, ya que los clientes estarán dispuestos a pagar unos precios de una buena marca, y seguirá siendo fiel a ella en la medida en que les proporcione un valor real tanto funcional como emocionalmente.
Según Kevin Roberts, todas las marcas deben proponerse ser una lovemark, dado que ese es el camino para obtener mayor público y repercusión. Las marcas deben ser, no sólo irreemplazables para los clientes, sino también irresistibles y deben lograr sulealtad mas allá de la razón.
¿Qué beneficios tiene el branding?
A través de esta disciplina y el valor de una marca en sí, la empresa obtiene beneficios obvios, entre los que se encuentran: la diferenciación de sus productos frente a los de la competencia, y la obtención de la confianza, reputación y valores que son la base de las relaciones a largo plazo para con sus clientes. Todo ello genera la recompra y la recomendación: claves para la riqueza de una marca.
Para el consumidor, una marca de valor simplifica sus decisiones, proporcionándole opciones claras y definidas para elegir, le genera confianza y, se convierte en la mayoría de los casos, en un vehículo de autoexpresión a través del cual el cliente demuestra cómo quiere ser visto frente a los demás.
Branding y marketing
La disciplina del branding debe adelantarse a las acciones de marketing con el objeto de imprimir una filosofía en la organización, la identidad y la razón de ser de sus marcas. Así se logrará la identificación y preferencia de sus clientes.
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